2011-2013

Tres carteles anuncian el camino a seguir para llegar a lo que queda del monasterio de San Antolín de Bedón: dos a la derecha del camino que conduce a él y otro enfrente.

Justo después, una placa metálica insertada en una piedra nos recuerda que "de este monasterio fundado posiblemente en el S.XI se ha conservado el templo que data del S.XIII". Otra placa similar nos lo volverá a recordar justo antes de llegar a la iglesia, por si se nos había olvidado en los pocos metros que las separan.

Ponen casi más carteles que para llegar a algún pueblo, placas metálicas que acaban resultando redundantes, publicitan y presumen del monumento por todos lados e incluso aparece en videoclips que se van a ver en Europa entera. Pero eso sí, cuando hay que mantenerlo cuidarlo y mimarlo no es de nadie. Esta pérdida de memoria general debe de ser algo temporal porque, como bien se recalca en la placa que tenéis sobre estas líneas, el edificio fue restaurado, con muy mal gusto, en "MCMXCIX". Catorce años en los que nos han estado tomando el pelo de forma descarada. Una de dos: o en ese entonces se restauró sin tener en cuenta quién era el propietario del edificio (principal excusa que ponen hoy día) o sí lo sabían y actuaron en consecuencia (entonces tienen un grave problema de memoria). Es sabido por todos que el propietario del edificio es el Estado ya que en 1823 fue desamortizado y la iglesia nunca fue vendida.
El encargado de llevar a cabo esa restauración fue el Instituto de Patrimonio Cultural de España, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Incluso, ya lo comenté aquí en una entrada anterior, aparecía en su web como ejemplo de intervención llevada a cabo por ellos y hablo en pasado porque ya no aparece. En su día me puse en contacto con el IPCE para sugerirles que si ya lo hicieron una vez, que continuaran con su mantenimiento, porque arreglar algo y no mantenerlo es una pérdida de tiempo y dinero. La respuesta fue, en resumen, que no saben quién es el dueño del edificio y que hay que investigarlo. Unos tres años después todavía no se sabe nada.

Pero no hay que rendirse, por lo menos conseguimos que se limpiaran las pintadas, aunque poco después de quitarlas, apareció una nueva en la fachada principal.
Esta es una pequeña muestra del aspecto que lucía esta Semana Santa:

No pude comprobar cómo está por dentro porque las puertas estaban cerradas, por fin algo bueno. Pero sé de gente que fue en invierno y me dijo que las puertas estaban abiertas de par en par y que pudieron comprobar que había varias goteras. ¿Quién tendrá la llave?

En el videoclip de la canción que nos representará en el próximo festival de Eurovisión podéis ver, aunque no de forma muy clara, el estado del interior. Algo es algo.

¡Espero que la próxima vez que escriba tengamos alguna buena noticia!